Ya han pasado 10 años desde que Apple empezó a diseñar sus propios chips, pero la noticia no causó tanto revuelo como el reciente anuncio de los procesadores Apple Silicon, siendo el primero el M1. Este anuncio parece haber sido un pistoletazo de salida para los diseños personalizados, con Google anunciando Tensor para sus Pixel 6 y por último Tesla con el D1, anunciado en un evento centrado en la IA.
Según la empresa, esto viene motivado por la necesidad de reducir costes en el entrenamiento de las redes neurales que hacen posible la conducción autónoma y buscando un salto de calidad en la misma. Además, el basar su conducción autónoma en una gigantesca red neural que toma datos de todos los sensores, evitan el uso del LIDAR, un sensor mucho más caro que los utilizados en los Tesla actualmente.
Pero no sólo interviene la tecnología. Todos los Tesla actualmente en funcionamiento, envían las imágenes tomadas por sus 8 cámaras de vuelta a la matriz(*), donde un equipo de 1.000 personas se dedica a etiquetar señales, coches, marcas viales, etc. en un esfuerzo por ayudar a entrenar la red neural. El peligro de usar este sistema es que puede llegar el momento en el que alimentar con más datos esta red, no suponga una mejora en los resultados. El tiempo lo dirá.
Artículo original (en inglés): Why Tesla Is Designing Chips to Train Its Self-Driving Tech
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